Es curioso ver el proceso que desencadena la pintura de retratos, las distintas fases amorfas por las que atraviesa esa expresión con cada mancha de color, como si hubiese muchas personas en una, pero con algo que aún así permanece y nos empeñamos en capturar, como persiguiendo una mariposa que aletea y se nos escapa de las manos. Eso que permanece, que viene y va no es más que "el alma" de la persona, su propia esencia en definitiva. El que pinta sabe que no va a detenerse hasta dar con ella.
Algo parecido ocurre cuando conocemos al otro, y por qué no a nosotros mismos.
5 comentarios:
...¡si, si, si, si, si!....
Excelente...Maricel, e vero!!!
Ahí va un PLOP! a lo Condorito, se me juntaron los dos maestros en esto...Qué más puedo decir?
Gracias
Es obvio que la sensibilidad que te embarga, vuela en tu mano y se transforma en tu arte...
Escribe y pinta lindo, mi amiga, che...
justo hoy pensaba en que mucha gente trata de explicar el mundo o cambiarlo (sociologos, escritores, politicos, filosofos, metafisicos), pero los unicos que lo pueden capturar, al menos por un instante, en su escencia, en vida, son los pintores y los poetas!
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